27 de febrero de 2011

~ Atado a estas cadenas por entregarte mi corazón; Cumpliendo condena, sé que mi vida terminará en otro error ~

Atado a esta maldita condena, atado a los recuerdos, oxidadas cadenas, cada vez que pido ayuda al cielo, se me caen las nubes y el mundo, el tiempo pasa tan rápido que las horas se hacen segundos, ¿Y qué hago yo? Si sólo escucho sonar al reloj como el latido de mi corazón, si solamente quedan mis gritos a los que nadie va a acudir, si solo quedan mis pedidos de respuesta, mis preguntas, la puta vida no contesta, esperé y ahora tengo muchas heridas juntas; Remé y me caí del barco, el mar estaba hecho de ilusiones rotas que se hicieron cenizas en un rato, ¿Qué hago? Quedé a la deriva, como tu ante tanta gente, te hiciste polvo y me quedé con una lágrima que cae por mi cara lentamente, hasta la soledad me abandonó, estoy del otro lado del espejo, la campana de la ilusión volvió a sonar, soy un reflejo, el reflejo de los escombros, de los estragos, el destino se torna un tanto raro, y soy otro extraño, con tinta de inocencia estoy pintando, un horizonte que se hace negro y blanco, el futuro no para, se destruye, yo estoy en sus manos, me soltó y ahora caigo, todo vacío tiene fondo, toda lágrima que cae tiene un sentido, mira mis ojos. Cada error cambia una parte del camino, cada dolor que sientas, será una enseñanza para el camino que te queda; Las palabras que hoy digas, mañana las cambiarás, hoy estás de un lado, mañana ¿quién sabrá? Y es que el destino juega con nosotros, yo juego a la par, si juega conmigo, ¿por qué no jugar como un niño en la realidad? Hoy nosotros somos las flores que renacen gracias al sol, ¿Cuántos morirán y cuantos solos en sus macetas quedarán? Cuando se nuble el cielo, solo podrás recordar tus sueños, ¿Irónico? No sé, yo tengo nombre y mi corazón es anónimo, acorralado en una cárcel de prejuicios, atado con una cadena, atado a los recuerdos, a los errores cometidos, atado cumpliendo condena, junto a la soledad, la única compañía que tendrá. Pero pasan los días, y todo está igual, cuando se vaya la soledad, cuando me abandone, cuando tire la carta de la vida, ¿Cómo caerá? Sólo hay dos lados, ¿quedaré preso de la libertad, o lo más probable, para seguir ya es demasiado tarde? No lo sé, y es que tantas preguntas, tantos pedidos de ayuda, soy un indeciso, soy un frágil, de llanto fácil, perdí el ritmo de este camino, cada cosa en su lugar, soy la pieza que quedó a fuera del baúl, soy sólo uno más. Me queda una última carta, si la pido, perderé, sólo queda seguir por este sendero agarrado de una espada, atado a la maldita cadena, cumpliendo a cada rato por mi idiotez de haberte entregado mi corazón, cumplir una condena, una que terminará en otro error.

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